¿Te has fijado que en las películas Disney casi todos los protagonistas son huérfanos y además que, en casi todas, los padres mueren de forma traumática?
Blancanieves, el primer largometraje animado de la historia, es huérfana de madre. El rey se vuelve a casar y también muere. Blancanieves queda a cargo de su madrastra.
Cenicienta tres cuartos de lo mismo: huérfana.
Frozen...¡también!.
¿Tarzán? ¿Cómo, no?.
Y ¿Nemo? ¡Si hasta su carita es...
¿No habéis llorado, o por lo menos suspirado con la muerte de Mufasa o la madre de Bambi? ¿Y Tod y Toby que la película empieza masacrando a tiros a la madre de Tod?
En fin, no se salva ni una...¡pensad! A ver si la encontráis.
Por más que sean infantiles, las películas de Disney abordan la muerte con tristeza, pero sin miedo y con la idea de que la vida, de una u otra forma, nunca se desvanece.
Para un niño, ese puede ser un enorme consuelo a un aspecto de su vida que tendrá que enfrentar sí o sí. Y para un adulto también, sin miedo y con la idea de que la vida, de una u otra forma, nunca se desvanece.
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