Hay muchas cosas que podemos aprender de la forma de ver el mundo. Una de ellas, es el cuidado y preocupación por la naturaleza, algo que las personas a menudo descuidamos y que también forma parte del plan redentor de Dios.
La tierra está en peligro debido al uso indiscriminado y no sostenible de los recursos naturales. Todo ello nos debe mover a tener cuidado de la creación porque ponemos en peligro la supervivencia de la humanidad. La tierra está seriamente amenazada, si seguimos obrando como hasta ahora, podríamos destruir la herencia que recibimos y comprometer el futuro de las nuevas generaciones.
El modelo de desarrollo que hemos adoptado se basa en una economía que destruye la naturaleza que se ve frágil e indefensa ante los intereses económicos y tecnológicos. Las intervenciones sobre los recursos naturales no pueden arrasar irracionalmente las fuentes de vida, en perjuicio de la misma humanidad.
Los problemas ambientales más serios a los que se enfrenta nuestro planeta por
decir algunos son:
Cambio Climático. La enorme mayoría de los científicos creen que las actividades humanas están afectando al clima actualmente.
La pérdida de biodiversidad puede ser relacionada directamente con los comportamientos humanos, que hemos destruido y continuamos destruyendo diariamente el hábitat de las especies.
Falta de agua. Muchos expertos creen que, en el futuro próximo, el agua será un producto tan preciado como el oro y el petróleo. Actualmente, un tercio de los humanos tienen acceso inadecuado a agua fresca y limpia.
Acidificación de los océanos. Un efecto directo de la producción excesiva de CO2. Los océanos absorben hasta el 25% de las emisiones de carbono humanas. En los últimos 250 años, la acidez del océano ha aumentado aproximadamente un 30%.
Contaminación. Suelo, agua y aire son contaminados por compuestos químicos que tardan años en disolverse. La mayoría de estos químicos son resultado de nuestro estilo de vida y son creados por la industria y por los vehículos de motor. Algunos de los tóxicos más comunes son: metales, nitratos y plásticos.
Desgaste de la capa de ozono.
Deforestación. Desde 1990 se han destruido más de la mitad de los bosques del mundo, y la deforestación continúa.
Los capítulos 1 y 2 de Génesis nos enseñan que Dios es el creador de todo lo
existente, ya lo hemos comentado, se nos menciona también que tras acabar la
creación, el propio Dios declaró que todo lo creado era bueno.
Es importante esta afirmación, ya que al ser declarada buena por Dios, la creación tiene un valor intrínseco, es valiosa en sí misma, no lo es por el hecho de que contribuya al sostén del género humano, no lo es sólo porque nosotros podamos sacar provecho de ella. La belleza de la naturaleza es un reflejo de la bondad de Dios. Un reflejo que es necesario respetar, proteger y conservar. En conclusión, la tierra es valiosa por ser obra de Dios y reflejo de su bondad y amor por nosotros.
Es importante destacar que nunca se le dio al ser humano la propiedad sobre la
creación, sino la responsabilidad del cuidado de la misma.
Cuando Dios le dio a la familia humana el dominio sobre la creación, Dios esperó que fuéramos administradores responsables del regalo con el cual Dios nos confió. Somos administradores de la tierra, no sus dueños.
La tierra es un don de Dios para todos; Dios nos la cedió para sacar de ella lo necesario para vivir, Dios bendijo este mundo con una superabundancia de recursos que deberían ser más que suficientes para satisfacer las necesidades de todas las personas ahora y para todas las generaciones futuras.
Es nuestra responsabilidad como administradores responsables (que deberíamos ser) que usemos los recursos de este mundo sabiamente para que todas las personas, ahora y en el futuro, puedan beneficiarse justamente de la bondad y abundancia con la que Dios ha hecho este mundo.
Maite no me sale lo del trabajo lo q tenía que hacer
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