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05 febrero, 2024
Una cita con la PARCA (II)
No es la muerte de los personajes Disney lo que quería explicaros, si no la manera en la que en 1997 personificó la muerte misma: las Parcas.
LA MUERTE EN EL JUDAÍSMO
El judaísmo es la tradición más antigua dentro del grupo abramahico, y predecesor de las otras dos, el cristianismo y el islamismo. A diferencia de otras religiones, el judaísmo no quiere expandirse mediante las misiones, si no que trata de una relación directa entre el individuo y Dios.
La vida tras la muerte en el Judaísmo
La vida tras la muerte en el judaísmo está lleno de imágenes algo confusas, aunque algunas escrituras sagradas hablan del Mundo Venidero (olam ha-ba) En ese nuevo mundo vendría un mesías, a restablecer una vida sagrada. Los rabinos hablan de una resurrección de muertos, que sucederá en esa venida.
El judaísmo cree que suceden tres diversas posibilidades con el alma, una vez fallecido el cuerpo:
- El alma espera a la aparición del mesías. Entonces se volverán a unificar los cuerpos con las almas, siempre y cuando superen el Juicio Final.
- El alma se queda en el cuerpo hasta que éste sea enterrado, que es cuando mediante un ritual de purificación, el alma se separa del cuerpo.
- El alma se pudre con el cuerpo.
Como se puede observar, la aclaración de lo que sucede tras vida, es en el Judaísmo es un tanto nebulosa. Esta religión pone mucha más atención en una serie de preceptos, obligaciones y tareas a seguir durante la vida para sanar así al mundo (tikkum ha-olam). Mediante esta conducta de derecho, se mejoraría la ansiada relación con Dios, y se contaría por lo tanto, con una buena vida y una buena muerte.
El duelo en la tradición judaica
LA MUERTE EN EL CRISTIANISMO
El sentido de vida cristiano
Los cristianos creemos que mediante la fe en Jesucristo se puede alcanzar una vida eterna, en la cual se reestablecerían los cuerpos y serían recompensados por una vida modélica. Hay algunas contradicciones ya que según las escrituras, no está claro si esta resurrección sucede tras la muerte propia de cada individuo o de forma global ante el juicio final y la segunda venida del mesías.
El sentido de vida cristiano promulga vivir de forma acorde a las enseñanzas de Jesús en esta vida, no ya solo para hacer méritos en aquella otra, si no para atraer y sembrar de bienestar y sentido crístico esta vida actual hasta la venida del Cristo. El sentido central del cristianismo es el de “ama a tu prójimo como Dios te ama a ti”, lo que se traduce en términos latinos como Cáritas, sinónimo de amor al prójimo desde las enseñanzas divinas.
En el cristianismo, a diferencia del judaísmo donde está prohibido, se permite la incineración, ritual que, probablemente debido a los continuos problemas de espacio, está teniendo cada vez más aceptación entre los ambientes cristianos.
Los rituales cristianos
Velatorio: Generalmente en una capilla, actualmente en tanatorios, y antiguamente en los propios hogares del fallecido, donde se mantiene el cuerpo de forma pública, al menos una noche, para que los seres cercanos puedan despedirse. En caso de no ser muerte por accidente donde pudiera quedar el cuerpo estéticamente dañado, se suele conservar el cuerpo en un ataúd con la tapa abierta, para que los familiares puedan verle las facciones y quizá entrar en una comunicación con el difunto de forma intima más directa.
Funeral: El entierro sucede acompasado con un culto religioso, misa funeraria, generalmente en la Iglesia, o a pie de tumba en el cementerio, antes de proceder al entierro en sí. Cuando el ritual es incineratorio, éste se reduce a la misa de funeral.
Las muestras de condolencia se le pueden expresar a los familiares durante el velatorio, durante el entierro o en los momentos posteriores. En los países de cultura germánica, existe el rito de juntarse después los familiares a compartir una comida o una cena en un restaurante público, momento en el cual se entablan conversaciones en torno al fallecido y al futuro de los invitados.
Requiem y Panikhidi
Estos son rituales de duelo que ofrecen respectivamente la iglesia católica apostólica romana y la iglesia ortodoxa.
- Requiem, en memoria del fallecido se establece un culto religioso llamado Requiem compuesto de la misa tradicional más liturgias de oraciones con peticiones hacia Dios para que acoja con benevolencia al fallecido.
- Panikhidi, en la Iglesia Ortodoxa se establecen estos ritos funerarios de culto a los tres, ocho y cuarenta días. Se acompañan estos ritos con Salmos, oraciones e himnos para que acompañen el transitar del alma desde esta vida terrenal hacia el nuevo espacio, tras tres días el alma es acompañada por un ángel protector, durante los siguientes días comparte espacio con otras almas escogidas y elevadas, antes de que se presente ante un dios en forma de juez.
EL ISLAM Y LA MUERTE
Aunque el islamismo es la forma de religión más joven de las tres occidentales, reclama para sí la singularidad y la originalidad correcta de las religiones monoteístas.
El Islam se fue creado por Mahoma (siglo VI d.C.) que es considerado como el ultimo profeta de una saga de mensajeros divinos, en los cuales aparecen Jesús y Moisés, y cuyo primer eslabón lo regenta Abraham.
Al igual que el cristianismo, el Islam fomenta la divulgación y expansión de sus enseñanzas y prácticas más allá de sus lugares de origen.
Los rituales mortuorios islámicos
Al igual que en el Judaísmo, en esta religión está prohibido todo lo que no sea enterrar bajo tierra al cadáver.
El entierro se lleva a cabo lo antes posible, preferentemente el mismo día del fallecimiento.
El cuerpo será tratado con una limpieza ritualizada. Esta limpieza la llevará acabo o bien un miembro de la familia o un profesional a ello dedicado, pero siempre será alguien del mismo género que el difunto y de religión musulmana. Tras el lavado se envuelve el cuerpo en un paño blanco que no contiene nudos para no impedir que el alma se viera impeditada a salir. Posteriormente se entierra el cuerpo, en ausencia de atadues, se usan los paños blancos mencionados.
La ceremonia
Antes del entierro se lleva a cabo una breve ceremonia donde los amigos y familiares tienen la ocasión de encontrarse y despedirse del fallecido. Suelen usarse para estas ceremonias o bien la mezquita, el cementerio o el instituto funerario. En esta ceremonia se abre el paño para que los familiares puedan ver una vez más la cara del difunto para iniciar la despedida. En este momento para nada se puede tocar el cuerpo o permitir que las lagrimas de los parientes le alcancen porque significaría salir de la pureza para el defenestrado.
Al finalizar la ceremonia el Imán pregunta a las personas congregadas si el difunto era una buena persona, a lo que todos responden afirmativamente, sin condicionar lo que en realidad pudieran sentir. Luego se pasa a oración del muerto, que finaliza con cuatro veces Allahu Akbar, “Alá es grande”. Luego el cuerpo puede ser enterrado.
El enterramiento
Para el enterramiento en sí el cuerpo es envuelto en un paño y llevado por hombres, generalmente familiares, hasta el lugar donde lo depositan bajo tierra. Allí lo colocan según su tradición, ligeramente escorado hacia la derecha, con los ojos hacia La Meca, los pies dirigidos hacia el sur.
Según esta tradición, cuando todos los seres cercanos han abandonado el lugar, unos ángeles levantarían el alma y antes de acompañarlo al descanso le lanzarían cinco preguntas, a modo de prueba final, que este debería responder adecuadamente: ¿Quién es tu Dios? ¿Quién es tu Profeta? ¿Cuál es tu Libro Sagrado? ¿Quién es tu Imán? ¿Cuál es tu Qibla (dirección de oración)?
Si a estas preguntas se responde con Alá, Mahoma, el Corán, el nombre del Imán y La Meca, entonces el alma encontrará su espacio de calma en su sepelio. Pero la creencia popular indica que por estar recién fallecido el cuerpo pudiera estar aturdido y responder erróneamente a estas cuestiones, aun sabiendo las respuestas, por lo cual el Imán se queda un tiempo a solas en el lugar del sepelio, para orientar y guiar al fallecido a una buena muerte en dirección y sentido a las legislaciones islámicas.
Si responde correctamente estas cuestiones, el cuerpo y su alma pueden descansar tranquilamente en la tierra que le acoge hasta el día del Juicio Final, que contiene muchas similitudes al mismo de la religión cristiana. En ese día se reunirá la humanidad, rendirá cuentas por la vida vivida, y se le asignará un plano en la eternidad, que está dividido en siete subplanos, que van desde el más alto elevado paraíso o Dschannah hasta el profundo infierno o Dschahannam.
Rituales de duelo en el Islamismo
LA MUERTE EN EL HINDUISMO
El hinduismo cree que las metas del ser humano se pueden clasificar en las siguientes cuatro categorías:
- Kama (alegría): el sentir plenitud a través de los sentidos, la sexualidad y las artes estéticas.
- Artha (metas): la búsqueda de la felicidad mediante la obtención de bienes materiales, el conquistar habilidades, como mejora de objetivos personales y familiares.
- Dharma (deber moral): enfocarse hacia la justicia, interna y externa, vivir de acuerdo con las leyes divinas propagadas por los diversos textos sagrados y por las enseñanzas de los sabios.
- Moksha (liberación): objetivo es alcanzar la liberación de los bienes que representan las tres categorías anteriores, liberarse de los objetivos y deberes mundanos, de los deseos, y más allá liberarse del ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento, samsara.
A través de ésta liberación es cuando el hindú alcanza la meta final de la vida, entrar en la unidad con todo lo que está más allá de esta realidad, que tiene carácter ilusorio. Mediante esa fusión entre su energía divina y la divinidad absoluta consigue liberarse de sus condicionamientos humanos y transcender la muerte, que lleva a la liberación de todo lo que no es. Es así cómo el cuerpo se libera del karma, un sistema que determina las condiciones de la siguiente vida en la que el cuerpo se reencarnaría.
Para liberarse de ese karma, el hinduismo presenta cinco sendas principales, aunque cada una de ella presenta afluentes, variantes y matices más específicos, pudiendo ser compaginadas en parte entre sí:
- Bhakti yoga, el camino de la devoción y la oración.
- Karma yoga, la senda de la ayuda al otro, de la acción desinteresada.
- Hatha yoga, cuadro de ejercicios físicos y espirituales que trabajan el cuerpo como un templo y como forma de oración a lo sagrado.
- Jnana yoga, alcanzar estados iluminados mediante el estudio de las escrituras sagradas, mediante una expansión de corte racional.
- Raja yoga, el encuentro con lo sagrado mediante la práctica de actitudes y prácticas meditativas.
La reencarnación en el Hinduismo
Rituales de duelo en el hinduismo
Al igual que en el Judaísmo, el manejo del cuerpo defenestrado está muy marcado y ritualizado. Es tema de importancia fundamental en la familia, la gestión propia de éstos rituales.
Cuando una persona entra en una fase cercana a fallecer, los seres queridos se mantienen alrededor suyo, rodeando su cama. Cuando la muerte es más inminente, los familiares lo bajan de la cama al suelo a la vez que recitan oraciones sagradas en sánscrito, mantras, y se intenta que el moribundo beba agua del río Ganges, considerado como río sagrado. Cuando fallece es costumbre que las mujeres entren en un trance de desgarramiento mediante gritos de dolor y pena expresadas con vehemencia.
Tras la muerte se procede a los baños sagrados del cuerpo, envueltos en un paño blanco.
Si se trata de un hombre casado, la viuda despoja al cuerpo los signos de matrimonio que llevara el cuerpo, y lo entrega envuelto en un paño ritual a una mujer más joven que lo custodiará, los hijos masculinos se afeitan el pelo de la cabeza, salvo un mechón.
La ceremonia dura doce días, en los cuales la familia duerme en el suelo y solo ingiere comida vegetariana. Durante esos días por la mañana y por la tarde realizan baños rituales, cantos de mantras y visitan al cuerpo envuelto, que espera ser incinerado en una fecha que un sacerdote determine en base a cálculos astrológicos.
En el día de autos, el cuerpo es embalsamado y cubierto de flores, tras lo cual se le acompaña en procesión a un crematorio. Allí, en muchos lugares en ausencia femenina, se coloca el cuerpo sobre la pila funeraria. El sacerdote o el hijo mayor, si lo hubiera inicia el fuego que consumirá lentamente el cadáver junto a la madera, este proceso suele durar varias horas, espacio en el que la familia se queda cerca del fuego, compartiendo, rezando. Una vez convertido en cenizas la mayor parte del cuerpo (los grandes huesos como la cadera son difíciles de calcinar) estos restos se esparcen en un río, predominantemente el Ganges.
Las familias más adineradas ofrecen tras la cremación porciones de comida a gran cantidad de personas necesitadas, para que ese bien ayude a crear un karma más propicio al fallecido